sábado, 29 de marzo de 2008

El "sacrificado" trabajo del diputado español


Leyendo la prensa española uno puede indignarse y, a la vez, enterarse de muchas cosas. Como por ejemplo, saber cuánto cobran los esforzados diputados españoles. Los datos de sueldos, privilegios y prebendas varias que aparecen en el gráfico anterior pueden darnos una idea de la proximidad que hay entre un diputado promedio y un trabajador promedio en el Estado español.

Así, mientras trabajador español tiene a su disposición un salario mínimo interprofesional de 600 euros al mes (8.400 al año), el sueldo base -ojo, que no sueldo final- de un diputado está en 3.126,52 euros. Esto es: un diputado español gana, como mínimo, 5,21 veces más que un trabajador que cobre el salario mínimo interprofesional (SMI de ahora en adelante).

Algunos argüirán que casi nadie cobra el SMI pero, entonces, si los gobernantes españoles consideran que con 600 euros al mes puede el españolito de a pie subsistir en Espein (mientras que a cualquier latinoamericano que visite España le exigen traer un mínimo de 540 euros para pasar ¡¡8 días!!, más 60 euros por día adicional), y obviando el sinsentido y la injusticia que se comete con los que nos visitan de los "países pobres"... Yo me pregunto: ¿Por qué los diputados se ponen sueldos tan distantes de ese mínimo básico? ¿Es que por el hecho de dedicarse a la política están ungidos de un aura de superioridad que les ha de proporcionar ingresos muy superiores a la media? ¿O es que hemos de compensar el gran esfuerzo que hacen por no dormirse en el Congreso de los Diputados cuando hablan otros de sus correligionarios? Eso, claro, cuando van... Para hacerlo más grave todavía, hay que tener presente que más de la mitad de los diputados no tiene ni piiip idea de la mayoría de temas que pasan por sus manos. Muestra de ello es que, como el mismo sistema contempla, tienen toda una cohorte de especialistas, asesores, secretarios, etc., que son los que, al fin y al cabo, se encargan de hacer el trabajo sucio. El diputado, como mucho, pone la cara y el dedo para votar. De vez en cuando los ojos para leer informes pero no creo que mucho más.

Lo más grave del asunto es cómo esta gente, alejada de los problemas de los ciudadanos de a pie, va a legislar en beneficio de esos mismos ciudadanos con los que les separa un abismo de ceros en la cuenta corriente y, por tanto, una posición de clase que ya nada tiene que ver con la de la mayoría de los españoles y españolas. Si esto es grave en un país "europeo" como España, imagínense lo que sucede cuando se va descendiendo en el "Estado de derecho" y se llega al caso de las "democracias latinoamericanas", por no entrar en el tema africano o asiático. Ahí el abismo es de la magnitud de un agujero negro (véase el caso de México). Pero existen sus excepciones... Por poner un ejemplo, cabe recordar que una de las primeras medidas que tomó Evo Morales al llegar al poder fue bajar el sueldo de los diputados bolivianos así como su propio sueldo. Para que luego digan los ácratas y otros mal informados que es lo mismo que gobiernen unos a que gobiernen otros.

Cabría preguntarse cuántos de los politicuchos españoles se dedicarían al "noble arte de la política" si cobraran el SMI por ello. Tal vez saldrían a la luz las verdaderas vocaciones. Si siguiéramos la idea leninista de que una planchadora debería poder desempeñar las funciones de una diputada y viceversa -por supuesto, cobrando lo mismo por ambos trabajos pues ninguno es más importante que otro-, quizás ese día la política institucional dejará de ser un tema que cause repulsión en la mayoría de almas honestas.

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