El 1 de marzo pasado se produjo el asesinato, por parte del ejército colombiano, de cuatro muchachos mexicanos, estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quienes murieron junto a más de una decena de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) al ser bombardeado el campamento donde se encontraban. El bombardeo sobre estas personas, que se realizó mientras dormían, esto es, con nocturnidad y alevosía, se produjo en suelo ecuatoriano, como todo el mundo sabe a estas alturas, lo cual significa que el Gobierno colombiano vulneró todo Derecho Internacional al incursionar en el territorio de un país extranjero para llevar a cabo acciones terroristas. No contento con ello, Álvaro Uribe, el presidente colombiano, se comunicó con Rafael Correa, el presidente ecuatoriano, para mentirle diciéndole que el ataque se había producido en el marco de una persecución del ejército colombiano quien, dado que los guerrilleros incursionaron en territorio ecuatoriano, se vio obligado a disparar en dicho territorio. Todo mentira...
Pero las mentiras siguen reproduciéndose en la mayoría de los medios de comunicación los cuales, en lugar de dar cuenta de que el ataque colombiano tenía el fin de abortar la operación de liberación de Ingrid Betancourt, se dedican a destacar la presencia de "guerrilleros mexicanos" en el seno de las FARC. Es evidente que el eventual éxito de una operación de liberación de Betancourt no interesaba ni interesa al paramilitarista Gobierno colombiano pues ello hubiera demostrado que las FARC sí tienen intención de negociar para acabar con el conflicto mientras la derecha colombiana en el poder, y el imperialismo yanqui que la apoya, necesitan de la perpetuación de un conflicto que genera pingües beneficios a la industria militar de EEUU a la vez que sirve de excusa para justificar la presencia geoestratégica de los EEUU en Sudamérica vía el Plan Colombia y la Política de Seguridad Democrática. La no resolución del conflicto colombiano es útil, de igual modo, para justificar la Doctrina Uribe, un trasunto de "guerra preventiva" por la cual Colombia se arroga el derecho de defenderse de cualquier amenaza a su seguridad, incluso fuera de las fronteras de su Estado.
¿Pero qué hay de cierto en la afirmación de la presencia de "guerrilleros mexicanos" en las filas de las FARC?
Los muchachos que fueron asesinados y heridos en la selva ecuatoriana eran estudiantes, en su mayoría, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Habían ido a Ecuador para asistir a un encuentro internacional y aprovecharon para visitar el campamento de las FARC. Por supuesto, tendrían sus simpatías hacia la lucha del grupo armado colombiano, eso es indudable. Algunos de ellos realizaban sus tesis sobre el tema colombiano, lo cual acrecienta el interés de poder hablar con protagonistas del conflicto. Pero de ahí a que fueran guerrilleros como quieren afirmar algunos... va un trecho muy grande. Lo que no interesa a los poderes oligárquicos establecidos es que los movimientos de insurrección que pueblan América Latina tengan vínculos de solidaridad con grupos y personas de otros países pues cada gobierno, es evidente, pretende el aislamiento de los grupos opositores para mermar su acción y acorralar su discurso tildándolo de subversivo. Sin embargo, la solidaridad internacional para con las luchas de los pueblos latinoamericanos sabe que la realidad es muy distinta a como los medios de comunicación masivos suelen presentarla. Éstos suelen obviar la lucha de clases que subyace en todo conflicto nacional e internacional presentando los conflictos como una lucha entre buenos (las fuerzas del "orden social") y malos (los que quieren acabar con el sistema capitalista).
Por este motivo genera mucha tristeza e indignación comprobar que, ante un atropello al Derecho Internacional y a los Derechos Humanos como ha sido el asesinato perpetrado por el ejército colombiano el pasado 1 de marzo, algunos "sesudos analistas" se dediquen a vilipendiar a las víctimas en lugar de a denunciar tan infame acto. Ello unido a la criminalización de los estudiantes y de la UNAM en su conjunto, acusando a ésta de ser un "nido de guerrilleros".
Por ejemplo, en la prensa mexicana podían leerse perlas como la que siguen el pasado 6 de marzo:
"El problema está en la intención profesional con la que egresan varios jóvenes de esas facultades. Quieren romper el mundo, no construirlo..."
"Deberían merecernos reflexiones serias sobre el adoctrinamiento de que son sujetos algunos jóvenes en esas aulas..."
"No es común hallar un filósofo de la UNAM inserto en el mundo de los negocios. ¿Por qué será? Sin embargo los exportamos a los campamentos guerrilleros latinoamericanos" CARLOS MOTA en "Mileno", página 3, 6 de marzo de 2008.
Veremos hasta dónde llega la campaña de infamias y calumnias contra los luchadores sociales del continente. Ya Fidel Castro ha advertido de la mano de EEUU en la acusación de terroristas y guerrilleros a los jóvenes mexicanos. A este paso, si no ponemos todo de nuestra parte, acabaremos en una sociedad al más puro estilo orwelliano donde la verdad se convertirá en mentira, los países terroristas (como EEUU) serán los salvadores de la humanidad, los represores serán presentados como libertadores, la historia será reescrita a beneficio del poder, etc., etc.
Pero las mentiras siguen reproduciéndose en la mayoría de los medios de comunicación los cuales, en lugar de dar cuenta de que el ataque colombiano tenía el fin de abortar la operación de liberación de Ingrid Betancourt, se dedican a destacar la presencia de "guerrilleros mexicanos" en el seno de las FARC. Es evidente que el eventual éxito de una operación de liberación de Betancourt no interesaba ni interesa al paramilitarista Gobierno colombiano pues ello hubiera demostrado que las FARC sí tienen intención de negociar para acabar con el conflicto mientras la derecha colombiana en el poder, y el imperialismo yanqui que la apoya, necesitan de la perpetuación de un conflicto que genera pingües beneficios a la industria militar de EEUU a la vez que sirve de excusa para justificar la presencia geoestratégica de los EEUU en Sudamérica vía el Plan Colombia y la Política de Seguridad Democrática. La no resolución del conflicto colombiano es útil, de igual modo, para justificar la Doctrina Uribe, un trasunto de "guerra preventiva" por la cual Colombia se arroga el derecho de defenderse de cualquier amenaza a su seguridad, incluso fuera de las fronteras de su Estado.
¿Pero qué hay de cierto en la afirmación de la presencia de "guerrilleros mexicanos" en las filas de las FARC?
Los muchachos que fueron asesinados y heridos en la selva ecuatoriana eran estudiantes, en su mayoría, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Habían ido a Ecuador para asistir a un encuentro internacional y aprovecharon para visitar el campamento de las FARC. Por supuesto, tendrían sus simpatías hacia la lucha del grupo armado colombiano, eso es indudable. Algunos de ellos realizaban sus tesis sobre el tema colombiano, lo cual acrecienta el interés de poder hablar con protagonistas del conflicto. Pero de ahí a que fueran guerrilleros como quieren afirmar algunos... va un trecho muy grande. Lo que no interesa a los poderes oligárquicos establecidos es que los movimientos de insurrección que pueblan América Latina tengan vínculos de solidaridad con grupos y personas de otros países pues cada gobierno, es evidente, pretende el aislamiento de los grupos opositores para mermar su acción y acorralar su discurso tildándolo de subversivo. Sin embargo, la solidaridad internacional para con las luchas de los pueblos latinoamericanos sabe que la realidad es muy distinta a como los medios de comunicación masivos suelen presentarla. Éstos suelen obviar la lucha de clases que subyace en todo conflicto nacional e internacional presentando los conflictos como una lucha entre buenos (las fuerzas del "orden social") y malos (los que quieren acabar con el sistema capitalista).
Por este motivo genera mucha tristeza e indignación comprobar que, ante un atropello al Derecho Internacional y a los Derechos Humanos como ha sido el asesinato perpetrado por el ejército colombiano el pasado 1 de marzo, algunos "sesudos analistas" se dediquen a vilipendiar a las víctimas en lugar de a denunciar tan infame acto. Ello unido a la criminalización de los estudiantes y de la UNAM en su conjunto, acusando a ésta de ser un "nido de guerrilleros".
Por ejemplo, en la prensa mexicana podían leerse perlas como la que siguen el pasado 6 de marzo:
"El problema está en la intención profesional con la que egresan varios jóvenes de esas facultades. Quieren romper el mundo, no construirlo..."
"Deberían merecernos reflexiones serias sobre el adoctrinamiento de que son sujetos algunos jóvenes en esas aulas..."
"No es común hallar un filósofo de la UNAM inserto en el mundo de los negocios. ¿Por qué será? Sin embargo los exportamos a los campamentos guerrilleros latinoamericanos" CARLOS MOTA en "Mileno", página 3, 6 de marzo de 2008.
Veremos hasta dónde llega la campaña de infamias y calumnias contra los luchadores sociales del continente. Ya Fidel Castro ha advertido de la mano de EEUU en la acusación de terroristas y guerrilleros a los jóvenes mexicanos. A este paso, si no ponemos todo de nuestra parte, acabaremos en una sociedad al más puro estilo orwelliano donde la verdad se convertirá en mentira, los países terroristas (como EEUU) serán los salvadores de la humanidad, los represores serán presentados como libertadores, la historia será reescrita a beneficio del poder, etc., etc.
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