Provoca bochorno observar cómo muchos españolitos y españolitas de pro van por el mundo dando lecciones de democracia a otros países o escandalizándose por lo que en ellos sucede cuando en España todavía no se ha hecho una transición verdadera (esto es, con justicia para las víctimas del levantamiento militar que provocó la Guerra Civil y la dictadura fascista subsiguiente) que siente las bases para una convivencia democrática. Lo que pasa en el país ibérico es tan grave como que en Alemania todavía permanecieran en la vida pública políticos que hubieran tenido participación en el III Reich y que se vanagloriaran de ello hasta el punto de hacer apología del fascismo. Algo inconcebible en Alemania pero que en España es el pan nuestro de cada día.
Pues sí, señoras y señores, esto es lo que sucede en España. Mientras el juez Garzón mira hacia América Latina para exportar la recuperación de su "memoria histórica" y hacer un poco de justicia a las víctimas allende los mares, cuando se trata del Estado español el mismo señor aplica un rasero bien distinto. Sin meterme a su actuación de acoso y derribo contra todo lo que huela a independentismo vasco, su pasividad ante los crímenes del franquismo (tan execrables como los de las dictaduras argentina, chilena o igual de perseguibles que las matanzas en Guatemala) da que pensar acerca del "pacto de silencio" que las élites españolas firmaron para que todo siguiera atado y bien atado tras la muerte del dictador (que no de la dictadura).
Sólo así se entiende que más de 30 años después de la muerte de Franco y del inicio de la transición en España se siga aguantando a una monarquía parasitaria; no se haya ejercido realmente la justicia hacia las víctimas del franquismo (la Ley de Memoria Histórica aprobada el año pasado es un intento timorato de maquillaje sin profundizar en el tema); y quese tolere que personajes sanguinarios como Manuel Fraga, ex ministro franquista que firmaba penas de muerte en ausencia de Franco, hagan declaraciones como las que ha expresado al diario madrileño "El Mundo" acerca de lo bueno que era Franco y lo fácil que era entenderse con él. ¡¡Por supuesto!! Era un hombre muy sencillo, si no estabas de acuerdo con él te pegaba un tiro y problema de comunicación solucionado. Eso o dejarte pudrir en la cárcel, que era casi lo mismo. Si no que se lo digan a las decenas de miles de personas encarceladas y fusiladas tras el fin de la Guerra Civil, sin ningún tipo de juicio previo o con él. Total, era lo mismo pues el sistema judicial no era más que un brazo para ejercer la represión y la limpieza de rojos que España necesitaba.
Como "El Mundo" hace pagar por ver la entrevista completa, pongo el enlace a la misma noticia en el diario "Público" donde uno puede hacerse a la idea de lo que piensa este "insigne" dirigente del PP.
Pues sí, señoras y señores, esto es lo que sucede en España. Mientras el juez Garzón mira hacia América Latina para exportar la recuperación de su "memoria histórica" y hacer un poco de justicia a las víctimas allende los mares, cuando se trata del Estado español el mismo señor aplica un rasero bien distinto. Sin meterme a su actuación de acoso y derribo contra todo lo que huela a independentismo vasco, su pasividad ante los crímenes del franquismo (tan execrables como los de las dictaduras argentina, chilena o igual de perseguibles que las matanzas en Guatemala) da que pensar acerca del "pacto de silencio" que las élites españolas firmaron para que todo siguiera atado y bien atado tras la muerte del dictador (que no de la dictadura).
Sólo así se entiende que más de 30 años después de la muerte de Franco y del inicio de la transición en España se siga aguantando a una monarquía parasitaria; no se haya ejercido realmente la justicia hacia las víctimas del franquismo (la Ley de Memoria Histórica aprobada el año pasado es un intento timorato de maquillaje sin profundizar en el tema); y quese tolere que personajes sanguinarios como Manuel Fraga, ex ministro franquista que firmaba penas de muerte en ausencia de Franco, hagan declaraciones como las que ha expresado al diario madrileño "El Mundo" acerca de lo bueno que era Franco y lo fácil que era entenderse con él. ¡¡Por supuesto!! Era un hombre muy sencillo, si no estabas de acuerdo con él te pegaba un tiro y problema de comunicación solucionado. Eso o dejarte pudrir en la cárcel, que era casi lo mismo. Si no que se lo digan a las decenas de miles de personas encarceladas y fusiladas tras el fin de la Guerra Civil, sin ningún tipo de juicio previo o con él. Total, era lo mismo pues el sistema judicial no era más que un brazo para ejercer la represión y la limpieza de rojos que España necesitaba.
Como "El Mundo" hace pagar por ver la entrevista completa, pongo el enlace a la misma noticia en el diario "Público" donde uno puede hacerse a la idea de lo que piensa este "insigne" dirigente del PP.
Fraga: "Con Franco siempre era posible entenderse"
Viendo la foto siguiente no nos extraña que él no tuviera nunca problemas de entendimiento con Franco y el franquismo...
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