jueves, 24 de enero de 2008

A buenas horas...


Me encanta la política. Es de un cinismo tal que nunca deja de sorprenderme. Hoy nos desayunamos leyendo que Bush y otros tantos de sus compinches realizaron -nada más y nada menos- que 935 declaraciones falsas para promover la invasión de Irak (y habría que añadir otras tantas para justificarla a posteriori). Vamos, que si fueran de la misma familia de Pinocho, habrían acabado con la mitad de los árboles del planeta tierra y, en fin, como ya nos explicó Carlos Fernández Liria ayer, no estamos para ir desechando recursos del planeta así como así.

Bromas aparte, porque el asunto no tiene ni pizca de gracia, resulta insultante que esta gente gobierne el mundo con la mayor de las desfachateces. No sólo nos mienten sino que se permiten, años después, reconocerlo y quedarse "tan panchos". Claro, saben de sobras que el peso de la ley nunca caerá sobre ellos, seguramente porque la ley está hecha por una clase social determinada para defender los privilegios de esa misma clase social (¿alguien necesita que le especifique de qué clase social se trata?). No hay más que ver cómo funciona el sistema judicial y penitenciario del mismo país que el señor Bush des-gobierna. Pero no es el único, no hay más que pensar en casos concretos. Por ejemplo, cómo un señor que fue drogadicto en su juventud tiene que cumplir una pena de varios años de cárcel por haber robado cualquier menudencia para drogarse. Lo peor es que eso se lo comunican muchos años después de cometido el delito, cuando ya el señor había "rehecho" su vida o, como prefieren algunos, "se había rehabilitado socialmente" (habría mucho que decir al respecto pues no sabemos si tiene más necesidad de rehabilitación el pobre yonqui o la sociedad misma).

Estos casos donde la justicia se luce en lo cotidiano, coexisten con otros tantos que ponen los pelos de punta. Por ejemplo, pensemos en España, ese adalid de la democracia que se permite dar lecciones de transiciones post-dictadura a los países latinoamericanos. Pues bien, mientras el juez Garzón corría para pasar a la Historia como aquél que intentó juzgar a Pinochet, en el Estado español todavía hay mucha gente esperando que se haga JUSTICIA HISTÓRICA. Usease, que tras 40 años de dictadura franquista, con lo mucho que implican estas dos palabras (otro día me dedicaré a ello), todavía no ha habido NI UNA PERSONA, sí, sí, leen bien, ni una persona que haya sido juzgada en España por su participación en la dictadura franquista. Y no hablemos del "señor" Fraga porque es otro escándalo... Hablando de franquistas, por cierto, esto me recuerda al día en que Aznar reconoció que no había armas de destrucción masiva en Irak con total descaro y tranquilidad. ¿Cuál fue la respuesta de sus seguidores? Aplaudirle. Sin comentarios.

En definitiva, que me voy por las ramas. A los pobres periodistas del diario "La Jornada" les parece "inexplicable" que el Congreso de EEUU no haya investigado a los culpables de la guerra en Irak. ¡Cuánta ingenuidad! ¿Inexplicable? ¿Acaso alguien se puso a investigar a Henry Kissinger por su instigación del golpe de Estado en Chile como miembro de la CIA? Para nada, es más, le dieron el Premio Nobel de la Paz años después. Así que, amiguitas y amiguitos, el mundo está mal, muy mal...

Extraído del periódico mexicano "La Jornada" del jueves 24 de enero de 2008. Para leer el artículo completo:

Bush y siete altos funcionarios hicieron 935 declaraciones falsas para promover la guerra.

Para profundizar en el tema, aquí va una entrevista a uno de los artífices de la investigación que ha destapado el asunto publicada en Rebelión.


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