Los cuerpos de los jesuitas aparecieron tumbados y acribillados en esta parte del jardín donde, tras su asesinato, se plantaron unos cuantos rosales de rosas rojas, como su sangre, en recuerdo de la masacre. Una muerte por el pueblo de El Salvador. Allí su ejemplo sigue, 20 años después, más vivo que nunca.
Dejo el discurso pronunciado en California por otro jesuita -compañero de los asesinados y superviviente gracias a los azares del destino-, Jon Sobrino, el pasado día 5 de noviembre en el marco de una conferencia en la Universidad de Santa Clara. El discurso se titula: Los mártires de la UCA. Exigencia y gracia. Es altamente recomendable, incluso para aquellos que no simpatizamos con la Iglesia Católica ni con las religiones.
Y, para los interesados en el tema, un par de referencias bibliográficas acerca del asesinato de los jesuitas y del conflicto salvadoreño:
- DOGGETT, Marta (1994). Una muerte anunciada. Ed. UCA Editores. El Salvador.
- De la locura a la esperanza. La guerra de 12 años en El Salvador. Informe de la Comisión de la Verdad 1992-1993. (Se puede ver un resumen del informe en este enlace).
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