Sí, señoras y señores, tal vez alguno de ustedes sea incrédulo ante la cifra que les estoy presentando pero ésa es la estimación que han realizado diferentes asociaciones y organismos preocupados por resarcir, en la medida de lo posible, los crímenes de la dictadura fascista encabezada por el general Franco. ¿Y cómo se podría resarcir a día de hoy algo que sucedió hace ya mucho tiempo? Algunos argumentan que, dado el tiempo transcurrido, es mejor no tocar esas cosas del pasado. Los que tienen las manos manchadas de sangre, de robo de los bienes de otros, de robo de los hijos de otros piensan "virgencita, virgencita, que me quede como estoy". Para ello se encomiendan no sólo a dios sino también al sistema judicial español que, como sabemos, sigue plagado de amigos suyos y conniventes con la dictadura. Pero en realidad no ha pasado tanto tiempo como para permitirnos olvidar lo sucedido. Todavía hoy viven algunos de los autores de esos crímenes y sus descendientes también y, lo más importante, sobreviven los descendientes de aquellas víctimas con la misma angustia de hace décadas. Porque no estamos hablando de hechos que pasaron hace siglos sino hace unas cuantas décadas, es decir, a pesar de todos los intentos por nublarla, la memoria de los españoles sigue teniendo recuerdos nítidos de las injusticias que se cometieron y estos recuerdos han pasado de generación a generación.
Muchas legislación por la "Recuperación de la Memoria Histórica", mucho rollito simbólico de quita esta placa, saca este monumento, etc. (cosas que caen por su propio peso en cualquier democracia que se precie) pero nada de nada a la hora de remangarse y meter las manos donde corresponde, esto es, en HACER JUSTICIA.
Justicia sería que un buen día en España se pudieran desenterrar a los fusilados que siguen en cunetas y otros parajes conocidos por todos los vecinos de la zona pero, curiosamente, desconocidos por las autoridades, a pesar de que aquéllos se han cansado de señalar el lugar donde fueron mal enterrados sus familiares. Desde que los diferentes estamentos judiciales se pelearon entre ellos para sacarse de encima el muerto de la Guerra Civil -nunca mejor dicho-, pocos han sido los tribunales que se han declarado competentes para abrir fosas. Esta tarea queda, entonces, relegada a que alguna asociación o particular se decida a llevarla a cabo (invirtiendo dinero, tiempo y esfuerzos particulares cuando es una cuestión que el Estado debería solucionar, sin duda) y, ojo, lo más importante, que la accción de esta asociación no se vea obstaculizada por un poder judicial complaciente con los crímenes de la dictadura bajo no sé qué argumentos propios de leguleyos. En definitiva, UNA VERGÜENZA. Cabe destacar aquí una excepción, la del gobierno catalán que ha decidido pagar en su territorio las labores de búsqueda de las fosas comunes. Todavía está por ver si pagarán también la exhumación de restos pero, al menos, es un cambio cualitativo respecto a otras administraciones públicas.
Todo esto viene a cuento de que el otro día leía -no por gusto, que conste- una breve noticia en "El País", que podía pasar inadvertida porque parecía medio escondida para lograr ese efecto, donde se hablaba precisamente de este tema. En la noticia, cuyo título elocuente habla por sí solo, 65 asociaciones piden en La Moncloa cambiar la Ley de Memoria, pude leer que ¡¡¡¡España es el segundo país del mundo en número de muertos cuyo paradero se desconoce, sólo por detrás de los muertos en la Camboya de Pol Pot!!!! En cierto modo no me sorprendió pero lo que sí me sigue sorprendiendo -e indignando- es que sigamos tan felices ante algo tan escandaloso. A pesar de esto, la "democracia primermundista" española se permite ir por el mundo dando lecciones de civismo, de lo que es una exitosa transición a la democracia (habría que preguntarse para quién fue exitosa) y demás mentiras repetidas hasta la saciedad por los poderes fácticos hasta el punto de hacérselas creer a muchos españolitos y españolitas de a pie. Pero parece que todavía no se han dado cuenta -o no quieren darse cuenta- de que muchos otros, cada vez más numerosos aunque no se vean reflejados en sus medios de ¿comunicación?, no se tragan sus cuentos. ¿A qué esperan para hacer justicia? Un día de estos, parafraseando al Che, el pueblo va a decir basta y va a empezar a andar. Ese día se les puede desmontar su tinglado democrático con monarquía incluída. La Historia da muchas vueltas, no lo olvidemos.
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