lunes, 28 de julio de 2008

Ésta es la libertad de expresión que defiende la Cadena SER de España

Alguno dirá que lo mío con el Grupo PRISA es obsesivo pero, más bien, lo del Grupo PRISA con Venezuela y con los gobiernos de auténtica izquierda en América Latina (léase, grosso modo, Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y a ratos Argentina, Paraguay está por ver todavía) es de diván. Aunque tal vez no haya que indagar mucho en cuestiones psicoanalíticas para explicar por qué el Grupo PRISA difunde lo que difunde sobre estos países. Yo creo que es suficiente observar los asuntos monetarios para entender la actitud de este conglomerado mediático español respecto a lo que sucede en la América Latina que se rebela ante los intereses del imperialismo internacional, sea éste estadounidense, europeo o español (que no es ni lo uno ni lo otro). No olvidemos que el Grupo PRISA es un imperio mediático en expansión planetaria y que su expansión va en función de la connivencia o no con los gobiernos de turno de los países cuyo mercado ambiciona. Esto es sencillo, amiguitos y amiguitas. Gobierno amigo= negocio rentable. Gobierno enemigo= se acabó lo bueno o ni siquiera empezó... No es de extrañar, por tanto, que un país como Venezuela, que lleva aplicando un proyecto de fomento de los medios de comunicación alternativos a los grandes monopolios transnacionales desde hace años con la creación de TeleSur o de Venezolana de Televisión (VTV), así como el aliento a las radios y televisoras comunitarias, esté en el ojo del huracán de las críticas constantes y denodadas del Grupo PRISA en todos sus frentes: televisivo, prensa escrita, radiofónico, etc.

La última "perla" del asunto ha sido la intervención con un par del -ya idolatrado en este blog- profesor Carlos Fernández Liria en un programa de la Cadena SER, propiedad del Grupo PRISA, cómo no, y radio de referencia en España para todos aquellos que se creen de izquierdas pero que no pasan del aburguesado progresismo de salón. El debate iba sobre Hugo Chávez y su visita a España. Del lado de la información, los datos y la sensatez estaba Carlos Fernández Liria. Del lado de la manipulación, el cinismo y el egoísmo extremo que sólo la oligarquía latinoamericana puede desplegar sin empacho ni remordimiento de conciencia alguno, estaba un tal William Cárdenas, presidente de una asociación (me gustaría ver el número de socios) autodenominada Plataforma Democrática de Venezuela (¿de toda Venezuela?). Irónico que unas personas que conciben la democracia como la imposición de las minorías pudientes sobre el pueblo mayoritario a través de una visión electoralocéntrica del concepto de democracia (a pesar de que cuando las elecciones no dan los resultados por ellos esperados, las tildan de manipuladas, en fin, lo que hay que oír en esta vida), se permitan ir por el mundo dando lecciones de lo que es la democracia (etimológicamente hablando, el gobierno del pueblo). Pero, claro, este concepto está tan prostituido hoy en día en las sociedades del capitalismo avanzado que cualquier cosa puede pasar por democracia y cualquier pelele apoyado por ciertos medios de comunicación puede ir de demócrata por la vida, aunque desprecie al pueblo del país que le vio nacer. De hecho, a cualquier cosa le llaman democracia hoy en día. Si seguimos así, llegará el momento histórico en que la Alemania nazi sea recordada como un período un tanto convulso pero nada despreciable desde el punto de vista ético y político (¿que no me creen? Tiempo al tiempo...). Otro día deberíamos reflexionar sobre la usurpación del significado de ciertos conceptos que ha llevado a cabo la derecha en las últimas décadas... [Como tarea vayan leyendo el 1984 de Orwell aquellos que todavía no lo han hecho].


El debate radiofónico no tiene desperdicio porque deja a las claras los modos de la "periodista" cuando el profesor Fernández Liria saca a relucir el papel jugado por el Grupo PRISA en el golpe de Estado contra Hugo Chávez perpetrado en abril del 2002. Ahí se acaba la libertad de expresión en el Grupo PRISA. Pensará la periodista que ella no puede morder la mano que le da de comer, lo cual la convierte en una fiel defensora de su amo. Su insensibilidad y falta de profesionalidad para defender la libertad de expresión, con la que tanto se llenan la boca en su emisora cuando acusan a Cuba o Venezuela de carecer de la misma, se demuestra en el hecho de que a nuestra querida periodista (o periolista, como dirían algunos) no le preocupe lo más mínimo que mientras a ella esa mano le da de comer a la vez esté envenenando al resto de ciudadanos con su intoxicación informativa. Pero eso a ella ¡qué más le da! Es mejor no pensar en ello, no vaya a ser que se acabe el "privilegio" de salir en antena, el "lujo" de trabajar para una de las principales emisoras españolas, además, ella es "progre", no como esos casposos de la COPE que trabajan para los obispos. En fin, hay gente que disfruta creyéndose sus propias mentiras erigidas, muchas veces, para justificar su conducta injustificable. Tan sólo una duda me asalta: ¿cómo será la vida onírica de estas personas?

Y sin mayores preámbulos, pongo el enlace para que puedan escuchar el "debate" íntegro, deleitarse oyendo a Fernández Liria poner a la SER en su sitio en las ondas hercianas de la misma SER (inaudito), hervirles la sangre con la impresentable intervención de William Cárdenas (nerviosa, atropellada, parapetando su inseguridad y sus mentiras en unas sonrisitas nerviosas y un tono jocoso propio del que siempre se ha sentido superior socialmente) y, por último, la guinda final, comprobar con sus propios oídos cuáles son los auténticos y naturales límites a la libertad de expresión en las democráticas sociedades del capitalismo. ¿Alguien lo dudaba? Aquí lo tiene. ¡Disfrútenlo!

Debate en la Cadena SER sobre la visita de Chávez a España y expulsión en antena del profesor Fernández Liria

No hay comentarios: