Tras un período demasiado largo de silencio, retomo el blog para poder seguir desahogándome ante toda la injusticia de este mundo -que es mucha- esperando que este desahogo sirva para poner un granito de arena que se sume a las necesarios gritos de inconformismo. Inconformismo mental, verbal y, por supuesto, también necesariamente activo.
Muchos acontecimientos se han sucedido en este mes de silencio, a pesar de ser agosto y ser un mes vacacional para los afortunados que tienen trabajo y, además, trabajo con vacaciones, y, además, con vacaciones remuneradas como en el primer mundo. Curioso que estemos en un punto donde algo que debería ser un derecho básico de todo trabajador se torna en un privilegio de una élite (ojo, una élite trabajadora, ni siquiera estamos hablando de aquellos que todavía son más privilegiados por ni siquiera tener que trabajar para proveerse su sustento).
No pretendo realizar un resumen pues sería una tarea inabarcable por mí pero tan sólo quería destacar cómo ha pasado un mes -y más- desde el golpe de Estado en Honduras y los golpistas siguen en las mismas, mareando la perdiz. Es decir, dándole vueltas al asunto, dilatándolo para ganar tiempo y asentarse en el poder por medio de los hechos consumados. Y yo me pregunto, ¿para qué se ofreció Óscar Arias, el presidente tico, a mediar? ¿Qué intenciones tenía? ¿Había alguna estrategia oculta, alguna agenda dictada por algún país al norte de Centroamérica -no digo cuál pero ustedes podrán hacerse a la idea- interesado en que no se tocara al gobierno de facto hondureño? En definitiva, muchos interrogantes y muy pocas respuestas claras. Lo único claro hasta la fecha es que Micheletti y sus secuaces han usurpado el poder y el publo hondureño sigue manifestándose por el regreso de su legítimo presidente, Manuel Zelaya, el cual anda de arriba para abajo buscando un apoyo internacional que, a excepción de los países del ALBA, parece más enunciativo que real.
Fantástico ha resultado el seguimiento que ha realizado TeleSur y el programa Dossier, del cual ya les hablé, conducido por el excelente periodista de origen uruguayo Walter Martínez. No dejen de verlo en TeleSur o en Venezolana de Televisión (VTV). Por otra parte, el hecho más grave por lo que significa, por la estrategia que tiene detrás y por las repercusiones que va a traer en el continente latinoamericano, es la instalación de siete bases militares de EEUU en territorio de su nueva colonia, Colombia. Es evidente que, como ha denunciado el presidente Chávez, entre otros, esta iniciativa tiene la finalidad de controlar y eventualmente atacar a Venezuela. No olvidemos que la riqueza petrolera venezolana es vital para el imperialismo estadounidense y con un gobierno "díscolo" se vuelve difícil garantizar para su beneficio el control de los recursos energéticos de Venezuela. Lo mismo sucede con otras riquezas naturales del continente, ahora en manos de gobiernos del ALBA, dispuestos a devolver la riqueza de sus países a sus pueblos o, al menos, a que los beneficios de esas riquezas vayan a parar al desarrollo de sus países y no a las cuentas bancarias de empresarios extranjeros.
Nota a la foto, proporcionada por el Círculo Bolivariano y el Movimiento de Solidaridad con América Latina en Noruega:
Según el nuevo convenio militar entre Colombia y EE.UU. dos bases del Ejército Nacional y dos de la Armada, se sumaron a las tres de la Fuerza Aérea de Estados Unidos existentes en Colombia. De esta manera las bases de Cartagena, Larandia (Caquetá), Tolemaida (Cundinarca) y Málaga en el Pacífico, se incorporan a las ya existentes de Apiay (Meta), Palanquero (Cundinamarca) y Malambo-Barranquilla (Atlántico).
Saludos a los que pasan por aquí de vez en cuando y a los que se han topado con esta página por casualidad. Esperamos que nos visiten e interactúen para enriquecer el debate e intercambio de ideas.
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